Mañana sabática, pero de sabática no tenía nada; el trabajo llamaba a la responsabilidad de cumplir con la rutina laboral, incluso una porción de fin de semana. A pesar del malestar por empezar el día de descanso, paradójicamente trabajando, por estos pagos sureños, el amanecer invita a un sin fin de quién sabe qué. Los sabores a algo inesperado están al alcance de la mano; los aromas hacen sentir que algo simplemente e inevitablemente, va a pasar... Increíblemente algo pasaba, pero en otro lugar bastante alejado de estos lagos y montañas.
Causalmente un aniversario - de esos que es mejor no recordar- una familia se estaba reuniendo y no era cualquier familia. Era mi familia... es mi familia. Será que así, aunque sea un poquito, puedo enviarle esto... ANIMO. Me queda todavia, todo un día por delante.

1 comentario:
Ánimo!! en el lugar en donde estás hasta estar triste es un placer.
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